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Fuente: IDL-Reporteros

José de Echave: "Economistas del siglo pasado"

Publicado: 2015-07-20

Hace unos días, el Premio Nobel de Economía, Joseph Sitiglitz señalaba (Le Monde 11/07/2015) que se tiene que redefinir varios conceptos en la economía. Uno de los conceptos que menciona es el del crecimiento: “hay que cambiar los métodos que utilizamos para medirlo, para que éste refleje realmente la sostenibilidad de las actividades económicas”. Según Stiglitz, no incorporar el criterio de sostenibilidad provoca serias distorsiones en las evaluaciones y proyecciones económicas.

Algo de esto le pasa al publicitado estudio, encargado por la Confiep y realizado por el Instituto Peruano de Economía (IPE): “El Costo Económico De La No Ejecución De Los Proyectos Mineros”, que llega a la conclusión que el país habría perdido 67 mil millones de dólares por conflictos sociales y/o trabas burocráticas.

En el estudio del IPE no aparece ni por asomo el criterio de sostenibilidad que reclama Stiglitz. El enfoque del estudio en relación a la minería se puede resumir de la siguiente manera: el país tiene que hacer toda la extracción posible en el más breve plazo de tiempo posible.

Esta lógica de extracción exacerbada, a todas luces no tiene viabilidad social y ambiental (lo muestran los conflictos asociados en el Perú y en todo el mundo), ni tampoco viabilidad económica si se incorpora el criterio de sostenibilidad propuesto por Stiglitz.

Lo que los economistas del IPE definen como trabas burocráticas y problemas sociales, en muchos casos son precisamente intentos de construir esa lógica de sostenibilidad que a todas luces hace falta y que tiene que expresarse en políticas públicas que generen equilibrios sociales, ambientales y también económicos.

Por lo tanto las “demoras” aludidas deberían permitir construir sostenibilidad en las relaciones y en muchos casos también terminan ampliando beneficios económicos y hasta montos de inversión. Un ejemplo de ello es el caso de mal citado proyecto Las Bambas: inicialmente era una inversión de menos de US$ 5 mil millones y en la actualidad -según un último reporte del Ministerio de Energía y Minas- ya bordea los US$ 10 mil millones. Esta cifra no ha sido tomada en cuenta en las sumas y restas del IPE.

A estas alturas no se puede pretender seguir actuando como si la economía se moviese al margen de la realidad. Ya no estamos en el siglo pasado y análisis como los del IPE no toman en cuenta variables fundamentales, como la ambiental, la crisis climática, etc. Estos temas no aparecen en las proyecciones de economistas que al parecer se han quedado anclados en el siglo pasado.

Se necesita recuperar sensatez para evitar que se sigan implementando políticas erradas. El economista ecuatoriano y presidente de la Asamblea Constituyente de ese país, Alberto Acosta, señala en un reciente trabajo que: “cualquiera que crea que el crecimiento exponencial puede durar para siempre en un mundo finito es loco o economista”. Para no generalizar, precisamos: un tipo de economista, los del siglo pasado.

Publicado en Diario Uno el 20 de julio de 2015


Escrito por

Movimiento Tierra y Libertad

Tierra y Libertad es un nuevo movimiento político de izquierda, ambientalista, pacifista y demócrata radical


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